San Mateo 7,6.12-14
En este día,
el Evangelio nuevamente nos regala estas palabras que nos interpelan, que nos
invitan a asumir un camino de seguimiento desde lo profundo, desde la entrega
radical. Jesús comienza diciendo a los discípulos “No den cosas sagradas a los
perros, ni arrojen sus perlas a los cerdos”.
El Reino de
los cielos es algo sumamente importante que no debe ser dado u ofrecido a
aquellos que no quieren recibirlo, o a quienes no se han abierto a la Gracia
del Señor, que no han abierto el corazón para ser portadores de esta Buena
noticia que el Señor nos regala.
Pero ese
camino también implica una invitación que nos hace Jesús: “Todo lo que deseen
que los demás hagan por ustedes, háganlo por ellos”. Aquellos que nos sentimos
llamados por el Señor a buscar el Reino de Dios y su justicia debemos estar
atentos a servir a nuestros hermanos y a dar lo que esperamos que hagan por
nosotros.
Ya que la
iniciativa, así como la tomó Jesús por nosotros y nos amó primero, también
espera de nosotros una respuesta de amor.
Por eso, la misión tiene que ver con nuestro
servicio, con la ley del Amor, del anuncio, de la denuncia de los Profetas ante
las injusticias, ante la incomprensión de aquellos que no quieren escuchar la
voz del Señor.
Mostrándonos que el Camino es como una puerta
estrecha por donde vamos a transitar para llegar al Reino de los cielos. Por
eso, pidámosle al Señor que nos ayude a transitar el camino que nos lleva a la
Vida en Abundancia y que podamos ser de esos pocos que, al encontrarlo, se han
animado a anunciarlo y compartirlo con sus hermanos en este día y a lo largo de
la semana.
Hoy es la
fiesta también de San Luis Gonzaga,
patrono de la juventud cristiana y protector de los jóvenes estudiantes, quién
pasó por muchos sufrimientos en la vida
que tuvo que experimentar, hasta que escuchó un “llamado especial”.