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21 de junio


 San Mateo 7,6.12-14

En este día, el Evangelio nuevamente nos regala estas palabras que nos interpelan, que nos invitan a asumir un camino de seguimiento desde lo profundo, desde la entrega radical. Jesús comienza diciendo a los discípulos “No den cosas sagradas a los perros, ni arrojen sus perlas a los cerdos”.

El Reino de los cielos es algo sumamente importante que no debe ser dado u ofrecido a aquellos que no quieren recibirlo, o a quienes no se han abierto a la Gracia del Señor, que no han abierto el corazón para ser portadores de esta Buena noticia que el Señor nos regala.

Pero ese camino también implica una invitación que nos hace Jesús: “Todo lo que deseen que los demás hagan por ustedes, háganlo por ellos”. Aquellos que nos sentimos llamados por el Señor a buscar el Reino de Dios y su justicia debemos estar atentos a servir a nuestros hermanos y a dar lo que esperamos que hagan por nosotros.

Ya que la iniciativa, así como la tomó Jesús por nosotros y nos amó primero, también espera de nosotros una respuesta de amor.

 Por eso, la misión tiene que ver con nuestro servicio, con la ley del Amor, del anuncio, de la denuncia de los Profetas ante las injusticias, ante la incomprensión de aquellos que no quieren escuchar la voz del Señor.

 Mostrándonos que el Camino es como una puerta estrecha por donde vamos a transitar para llegar al Reino de los cielos. Por eso, pidámosle al Señor que nos ayude a transitar el camino que nos lleva a la Vida en Abundancia y que podamos ser de esos pocos que, al encontrarlo, se han animado a anunciarlo y compartirlo con sus hermanos en este día y a lo largo de la semana.

Hoy es la fiesta también   de San Luis Gonzaga, patrono de la juventud cristiana y protector de los jóvenes estudiantes, quién pasó por muchos sufrimientos en la vida  que tuvo que experimentar, hasta que escuchó un “llamado especial”.