San Lucas 11,14-23
El estar con el Señor, estar con Él, estar con Jesús. Es una
de las cosas principales que debiéramos de tener siempre en cuenta. El Señor en
el Evangelio muchas veces nos pide que estemos con Él, desde el principio nos
dice que llamo para que estuvieran con Él y, estando con Él, enviarlos a
predicar con el poder de expulsar a los demonios. Su palabra también nos dice
muchas veces que permanezcamos con Él diciéndonos “Sin mí no pueden hacer nada”
o “Si Uds. permanecen en mí y yo en Uds. pidan lo que quieran y lo tendrán”.
Y hoy en el Evangelio el Señor nos dice “El que no está
conmigo está contra mí…” Es muy fuerte lo que nos dice, pero muy real.
Jesús es claro. Cada uno de nosotros ¿considera que está con
él? Mis actitudes, mi forma de pensar y actuar ¿demuestran que estoy con él?
Las opciones que tomó siempre ¿son reflejos de mi unidad con el Señor?
Aprovechemos el tiempo de Cuaresma para meditar sobre esto:
Estar con Él. Lo que significa, lo que implica, los frutos que se derivan de
estar con el Señor. Es una gracia que todo el tiempo deberíamos pedir a Dios,
estar con Él.