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12 de enero

 

San Marcos 1, 29-39

Las palabras que meditamos hoy nos presenta al Señor que ha venido, y esa cercanía suya es presencia del reino. Siempre las curaciones nos manifiestan esa presencia de Jesús. En este texto vemos a Jesús con Santiago y Juan, sus primeros apóstoles, y que van a ver a Simón y a Andrés, realiza el Señor la curación de la suegra de Pedro.

Esta curación, como todas las del Señor, son signo de este Señor que se acerca y toca, se compadece de toda miseria humana. Podemos decir que pone en acto la misericordia de Dios, que esta misericordia es eterna y es accesible a todos. Toda dolencia, toda miseria tiene la posibilidad de ser asumida y tocada por el Señor. No hay ningún obstáculo para que puedan ser presentados ante el Señor, porque Él justamente vino a traernos la salvación y la sanación.

Pero en este texto del evangelio de las curaciones también descubrimos una clave de la vida de Jesús que debe ser una clave en nuestra vida de cristiano, porque los cristianos queremos imitar a Jesucristo. Toda la vida de Jesús, sus palabras, sus obras, sus actitudes deben ser una búsqueda nuestra de siempre, para irnos configurando por el mismo Jesús. Esto que se realiza en la vida de los sacramentos, pero que también depende de nuestra voluntad y participación de irnos pareciendo a Jesús.

Y aquí descubrimos al Señor que antes que amanezca, se levanta, sale, va a un lugar desierto a rezar ¡Qué emocionante es ver al Señor orar, experimentar el amor de Dios, el amor del Padre! podríamos decir que la cercanía con Dios es lo que lo hace más cercano al pueblo. Y en la oración Él demuestra su  prioridad, y nos abre un camino a nosotros. cada uno de nosotros tiene que imitar esa vida de oración, que no se aprende leyendo muchos libros ni escuchando muchas explicaciones, sino rezando. Cada vez que recemos  vamos a encontrar más necesidad y más motivo de ir al encuentro del Señor.

Y, por último, descubrimos que buscan al Señor: "Todos te están buscando" y Jesús con conciencia del deber, con la convicción que la salvación y curación que Él trae es para todos dice "Vayamos a otro pueblo a predicar a las poblaciones vecinas". Vamos a pedirle al Señor, realmente que nos toque el corazón, porque todos necesitamos ser curados por Él, todos necesitamos presentarle algo de nuestra vida… ponernos frente a la puerta para que Él nos toque y nos transforme y ese transformarnos de Jesús nos llevará seguramente al encuentro con nuestro Padre Dios para tener una vida de intimidad con Él. Pidamos al Señor esta gracia de poder ser sanados, curados e invitados a la intimidad.