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27 de octubre

 San Lucas, 13, 22-30

Este evangelio de hoy nos dice:

“…Traten de entrar por la puerta estrecha. Muchos lo intentarán y no podrán entrar….hay últimos que serán los primeros…” ¡Que Evangelio! ¡Qué Buena Noticia nos deja el Señor en este día!

Jesús alguien le hace una pregunta que hoy raramente se plantea ¿Son pocos los que se salvan? Lo que puede suceder después de la muerte parece que hoy no interesa mucho… Pero en la época de Jesús era un tema muy importante y frecuente. Se quería saber como asegurarse la salvación, y la entrada a la vida eterna.

Pero hoy llevamos una vida acelerada, con muchos temas y distracciones, habituados a un cambio permanente, viviendo en lo “inmediato”. Nos interesa vivir bien la vida ahora y evitamos preguntas sobre lo que sucederá después de la muerte.

Por eso hoy la pregunta más frecuente es ¿Cómo puedo hacer para vivir bien, para estar mejor? Pero, atención, porque la respuesta para la vieja pregunta y para la pregunta de hoy es la misma: poner siempre nuestra confianza en Dios y tratar de amar como nos amó y nos ama Jesús.

El Señor nos habla por medio de dos grandes imágenes: por un lado, la puerta estrecha por la que hemos de esforzarnos para entrar. Por otro lado el cortejo que se forma con personas de todas partes de la tierra hacia la ciudad bendita en la que tiene lugar el banquete del R de D

Con la primera imagen, Jesús no responde directamente a la pregunta si “son pocos los que se salvan”. No alimenta fantasías y nos lleva a lo esencial. De la curiosidad a la sabiduría. No responde cuántos, sino cómo alcanzar la salvación. El invita a no sentirnos tan seguros y a lucharla, al compromiso.

Y por otra parte afirma que es lo que no sirve o no basta: pertenecer a una pueblo o raza o institución… (pensando que ya adquirí derechos)…hemos comido contigo… Te hemos conocido…profetizamos en tu nombre…No basta, hace falta otra cosa. Dios conoce bien al que oye y al que oye y practica.

Jesús deja claro que querer ser su discípulo no es un juego…requiere una opción fundamental y un esfuerzo continuo, como es pasar por una puerta estrecha… y por otro lado frente a los que pretenden ser los únicos o privilegiados por cuestiones de raza o poder, Jesús aclara que Dios no hace acepción de personas y por eso coloca una imagen de peregrinos venidos de los cuatro puntos cardinales…en donde hace ver que se verán grandes sorpresas…en donde sólo las obras buenas y la imitación de Cristo es lo que contará.

Además al final se ven dos situaciones diferentes, los que están adentro y los que están afuera de la sala. No da lo mismo una que otra. Quedar afuera es dramático. Es entrar en la amargura permanente…un rechazo del amor y de la amistad de Dios para siempre.

No temamos ciertos ajustes o podas…la puerta estrecha al comienzo, se hace ancha después: es grande la paz, la alegría, el gozo, y la vida nueva a la estamos llamados por misericordia de Dios.