San Lucas 11, 37-41
Día de la raza, pero en la iglesia celebramos a nuestra
Señora del Pilar. De acuerdo a una antigua tradición, el Apóstol Santiago llegó
a España para predicar el Evangelio y allí la Virgen María se le apareció de
pie, encima de un pilar. Este es el origen de una de las advocaciones más
extendidas y hermosas que hay en la Iglesia: Nuestra Señora del Pilar, cuya
Fiesta se celebra cada 12 de octubre.
Alrededor del año 40 de la era cristiana, San Santiago, en
una noche de oración a orillas del río Ebro, vio a la Madre de Jesús. Ella le
pidió que se le edifique un templo dedicado a su Nombre, y que el altar fuese
colocado junto al pilar.
"Este sitio permanecerá hasta el fin del mundo para que
la virtud de Dios obre portentos y maravillas por mi intercesión con aquellos
que imploren mi ayuda", le dijo la Virgen María al Apóstol Santiago.
Después de la
aparición, San Santiago y sus discípulos comenzaron la construcción de la
capilla, en cuyo interior permanece la columna, y empezaron a referirse a la
Virgen María con el nombre de “Santa María del Pilar”. Esa capilla es el primer
templo del mundo dedicado a la Virgen María.
El paso de los siglos atestigua el cumplimiento de lo dicho
por la Madre de Dios al Apóstol Santiago. Ni las guerras, ni las invasiones, ni
las bombas arrojadas durante la Guerra Civil española han podido alterar el
lugar.
Nuestros países Latinoamericanos fueron evangelizados por misioneros españoles, y han
sido constituidos en su identidad católica bajo la protección de la Virgen del
Pilar, protectora de quienes llegaron a sus tierras con el propósito de
anunciar a Cristo. Por eso, San Juan Pablo II, en 1984, reconoció a la Virgen
del Pilar como “Patrona de la hispanidad”.